"GRACIAS ESTUDIANTES"
En estos momentos donde estoy viviendo los últimos días como jugador se me
vienen un montón de recuerdos a la cabeza. Imposible no pensar primero en mi
vieja, que siempre me siguió a todas partes. Y por supuesto de mi viejo, que me
hacía la gamba cuando me rateaba del cole para irme al club, donde me encantaba
estar.
En mi caso, además, conocía a todos y tenía coronita por todo lo que ganó mi
viejo. El Intendente me abría a cualquier hora, Spadaro (el del buffet) me
regalaba los pebetes de jamón y queso. Cuando era chico aprovechaba y ¡chapeaba
como loco! Al Country no iba tanto, me quedaba más cómodo El Estadio desde mi
casa, que tenía pileta y a mí me encantaba nadar. Me tomaba el micro hasta 7
a.m. y después caminaba. Esos recuerdos de la infancia son los más lindos.
Ya después de adolescente fue otra cosa. Jugaba en las Inferiores y tenía
bien claro que no alcanzaba con ser ¨el hijo de¨. Igual ya empezaban a
ver que les podía sacar el lugar. Me acuerdo cuando se inauguraron las canchas
de City Bell: duraron dos meses con pasto. En Infantiles era peor todavía,
porque no había cancha de siete y en la auxiliar de uno entrenábamos todos entre
medio de los postes.
Si me pongo a contar todas las carencias que teníamos por aquellos años no
terminaría más. Por supuesto que no había gimnasio ni ropa; era una pelota por
categoría. Y parece increíble como cuesta ahora que los pibes valoren lo que
tienen. Cuando nosotros éramos chicos faltaba de todo, nadie se quejaba y la
pasábamos bárbaro. Es el día de hoy que nos juntamos los de esa época, como 200
muchachos de la categoría 68 hasta la 76. Cuando veo a muchos de esos chicos, me
dicen "el Club me salvó"; pero no en lo económico sino como persona.
Nos formó, no enseñó a ser solidarios sin interés a luchar por el compañero, a
ser persona de bien. La mayoría de esos chicos no llegaron y sin embargo se
acercan hoy a ESTUDIANTES para hacer cosas, quieren ayudar, y eso te da la pauta
de lo que fue el Club para ellos.
Mención especial para mi padrino futbolístico, el Semilla Badoyán, que fue
uno de los que más me vio desde chico. Le apostaba a todos que yo iba a llegar a
Primera y que iba a ser bueno. Me defendía siempre y me daba 10 pesos por cada
gol en Inferiores. Un fenómeno, igual que su hermano Salvador, que era mi
pediatra y todavía lo veo. Son personas que recordaré toda la vida.
Qué decir de mi familia, que fueron el sostén desde mis inicios, sobre todos
en los malos como el Mundial 2002. Siempre me acompañaron y me respaldaron en
cada elección, sabiendo a veces los riesgos que se corren en el fútbol, porque
nunca sabés lo que puede pasar.
Como en la decisión de volver, cuando todos me decían que estaba loco, que
para qué resignar la tranquilidad de Europa para volver a ESTUDIANTES. Y esta
segunda etapa fue la confirmación de muchas cosas. Porque aunque ya había
convivido en grupos ganadores, estos sies años demostraron que trabajando como
corresponde se pueden lograr los objetivos que te propongas. Encontré muchachos
que entendieron perfectamente qué necesitábamos para crear un núcleo de
jugadores que le dieran alegrías a la gente: tener RESPETO, SOLIDARIDAD, ser
BUENA GENTE, RESPONSABLES, HUMILDES, PROFESIONALES, AMBICIOSOS, GENEROSOS,
RIGUROSOS Y EXIGENTES.
Junto con los distintos CT, la gente que trabaja en el Club (médicos,
kinesiólogos, utileros, administrativos, seguridad, etc.) y la Negrita (la
mascota) hicimos una GRAN FAMILIA, que es lo que pregonamos siempre y el
espíritu de ESTUDIANTES.
La consecuencia de todo eso fueron los títulos, que me llenan de orgullo y
alegría. Hay mucha gente que por ahí no la pasa bien y busca en ESTUDIANTES una
motivación para seguir adelante o ese momento que los pueda hacer
feliz. Personas que perdieron a un ser querido o que no pasan un buen momento
de su vida en general y que hace el esfuerzo con el mango para seguirte. O
aquellos que están lejos de su casa, viviendo en otra ciudad o país, y que
ESTUDIANTES es su conexión con sus raíces. A todos ellos creo que les sacamos
una sonrisa, un abrazo a la distancia por teléfono, por una compu o mirando al
cielo buscando a esa persona que se les fue. Al menos por un rato se sintieron
la persona más rica del mundo y se olvidaron de los problemas. Eso
es impagable.
Por todo esto cuando miro para atrás me doy cuenta que valió la pena. Y me da
las ganas de seguir proyectando para que ESTUDIANTES siga creciendo, porque hay
mucho para hacer y crecer todavía.
Para finalizar me viene el recuerdo de una final perdida en infantiles donde
salí llorando y mi vieja me paró y me dijo: "no se llora por un partido, se
llora por cosas más importantes". Nunca más llore por un partido perdido.
Sí me emocioné por lograr algo importante, pero sólo con ESTUDIANTES, porque en
otros lados no me pasó. Y debe ser por todo que significa el Club para mí.
Pero el sábado va a ser un día muy especial. No soy de exteriorizar con nadie
porque soy medio secón, así es mi personalidad. Pero puede pasar que cuando
llegue el momento moquee como un nene.
Por eso quisiera darles las GRACIAS a todos como un modo de devolver todo el
cariño que me dieron desde que empecé.
Y en especial a nuestro Club, que nos une en este sentimiento común: ¡GRACIAS
ESTUDIANTES DE LA PLATA!
¡Abrazo grande!
Sebastián
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