Fue un día como hoy, hace 105 años: sin partido oficial, pero con una gran fiesta popular, Estudiantes inauguraba su segunda casa, la que le pertenece desde 1907, y se establecía para siempre en el Bosque de la ciudad.
No fue el primero, es cierto. Antes de 57 y 1, desde su misma inauguración, el equipo despuntaba las ganas por el fútbol en un predio de los talleres del ferrocarril «La Clementina», en la actual Plaza Islas Malvinas. Lo estrenó y lo utilizó poco tiempo: un 7 de noviembre de 1905 frente a Nacional Juniors de Buenos Aires.
En aquellos terrenos de ingreso al Paseo del Bosque que pertenecían al Velódromo local, Estudiantes lo inauguró apenas dos años después, una Navidad de 1907, aún sin tribunas ni alambrados. Sí hubo una recordada fiesta ciudadana, que incluyó espectáculos musicales y hasta proyección de películas.
Inicialmente, tuvo capacidad para 2.000 simpatizantes y un sector exclusivo para el público femenino sobre el lateral de la calle 115. Después llegaría la histórica tribuna con techo "a dos aguas", en 1911 -la primera con esas características en el país; la iluminación, en 1937; los alambrados olímpicos y la nueva techada, construída por el incendio de 1960 que destruyó la original; y el último encuentro oficial, en agosto de 2005, triunfo en el clásico, 1-0, con gol de José Luis Calderón.
Las generaciones pinchas del presente, las que venían de celebrarlo todo a fines de los '60, desde 1970 y hasta 2007 lo conocieron como "Jorge Luis Hirschi", en homenaje a quien fuera integrante del campeón amateur de 1913 y presidente del club entre 1927 y 1932, mandato de excepción para el crecimiento del club y el estadio: los socios se cuadruplicaron, se colocó el alambrado olímpico, se embaldosó el predio y se construyó la pileta sobre la calle 115 y el restorán estilo tudor, el famoso "buffet" de la previa de los partidos.
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