Stand Up Jarvis Cocker

En La Trastienda, Cocker demostró el porque de su leyenda como frontman. Crónica y galería de fotos de un concierto memorable.

Jarvis Cocker.

La apertura con “Fat Children”, la banda sonando a pleno, a todo volumen, en un recinto pequeño (el sueño de casi todos los que allí estábamos) y la innecesaria pero polite presentación: “Hello, I’m Jarvis”. La seguidilla de “Don´t Let Him Waste Your Time” y “Heavy Weather”, cantadas por todo el público. El comienzo de la muestra de sus extraordinarios dotes de comediante, con una suerte de lunfardish que sonaba mucho más simpático que demagógico (“I know you are very piola”, “There’s a minita and a chabón, they meet themselves, they hang out together, nothing happens”). Su escena, que combina la elegancia insular propia (la misma de Ferry, Bowie o Morrissey) con la de los británicos que alguna vez coquetearon con el eterno rival galo (Ayers, Cale, Almond), sumadas a un costado punk y working class hero dignos de un Lennon o un Ray Davies. “Disney Time” (“Hecha después de ver Dumbo”), y el hombre imitando las orejas de elefante con el cable del micrófono. “Tonite”, o como darse cuenta que a los 44 años las resacas no son las mismas que a los veintipico. “Black Magic”, himno épico par excellence. El strip tease más gracioso que pasó por San Telmo, el simulacro de electrocución ídem. La postura (caprichosa o ideológica, no importa) de no tocar ningún tema de la banda que lo llevo al estrellato, bromear con eso, ofrecer un tema de la banda de sonido de Reservoir Dogs (jodiendo con Pulp Fiction ) y decir “Es lo más cercano a una broma”. El cierre con… ¡”Purple Haze”, de ya saben quién! El hándicap de prescindir de su mano derecha Richard Hawley en su grupo, y que así y todo el combo que lo acompaña sea un lujo. Parafraseando: roben, endéudense, ¡hagan algo! (sí, los precios de las entradas son más que salados, y más con esta seguidilla de recitales que se vienen), pero por nada del mundo se pierdan este miércoles en La Trastienda a Jarvis Cocker en su segundo show en Buenos Aires: uno de los mejores de este año que comienza, y (desde ya les decimos) uno de los mejores del año, venga quien venga. La gran mayoría de los que estuvimos el martes estamos haciendo planes para repetir, así que no hay excusas posibles para arrepentirse si no van.